Finanzas. Ahorro.
En el artículo anterior abordábamos el tema de conseguir activos.
La manera habitual para obtenerlos nos obliga a postergar algunos gastos, a ahorrar, a retrasar algunas satisfacciones del presente para conseguir un mayor premio más adelante.
Sin embargo, es ciertamente difícil psicológicamente dejar la felicidad para mañana, sobre todo cuando es evidente que la vida se empeña en demostrarnos que son dos días, y que sólo importa el aquí y el ahora. Todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, y todos nuestros planes pueden ser infructuosos ante un cambio inesperado. Entonces para qué voy a esforzarme. Tomo lo que se me presenta y coloquialmente se dice Que me quiten lo bailao.
Esta mentalidad de actuar cómo si no hubiese un mañana nos aboca a no planificar, y en economía el secreto del éxito está en una buena planificación, presupuestos, proyecciones y análisis varios de las expectativas futuras, que bien hechos nos llevarán a la meta.
En cuanto a las finanzas en general debemos actuar de la misma manera. Hago un pequeño esfuerzo hoy y veré los frutos multiplicados en el futuro. Me pago yo el primero. E invierto en mi futuro ese pago.
El ser humano ¿es capaz de planificar su felicidad a largo plazo, o se deja llevar por el instinto y busca la felicidad allá donde se encuentra en el momento presente? Lo ideal sería ir siendo feliz mientras se planifica la consecución de la futura felicidad, si no, nunca llega ese día, porque cuando llega, uno se puede dar cuenta de que se han perdido muchos días de ser feliz por el camino.
El propio Punset señala que: 'La felicidad está en la sala de espera de la felicidad.'
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